REFERENCIA APICE

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lunes, 3 de febrero de 2020

Conciencia cristalina....Mono de baile.


Conciencia cristalina

La naturaleza humana ,persigue cierta verdad o Ley, donde une en sus principios, y por su fin, digamos los cristales del tiempo, de esta manera, se revela bajo la triple forma, de la ley física para el cuerpo, de la ley lógica para el espíritu, y de la ley moral para la voluntad. Como metáfora explicaríamos, que así mismo, en la  vida cotidiana estamos rodeados de cuerpos sólidos, donde los átomos y moléculas forman una estructura periódica a lo largo de las coordenadas espaciales.

A diferencia de los cristales ordinarios, como los diamantes, que contienen propiedades definidas por los átomos, dispuestos regularmente en el espacio, los cristales de tiempo, en su lugar, muestran un modo de comportamiento, en constante cambio, que se repite en el tiempo. Y es aquí, en lo versátil, donde reside esta facultad, este poder en virtud del cual, llegamos al conocimiento de nosotros mismos, a saber de los fenómenos, de los hechos anímicos, de la vida física y psicológica, en una palabra,  de la denominada consciencia.

Asignaremos el termino de conciencia moral, cundo se aplica al ejercicio de la voluntad, cuando en cadena, logramos discernir lo bueno y lo malo, cuando elegimos entre el bien y el mal moral, y cuando formamos juicio acerca de la bondad o malicia, de ciertos actos, así como también, si deben ser ejecutados. Siendo esta, la  perpetua búsqueda, en la física a desarrollar, la comprensión del comportamiento cristalino del tiempo,  así ocurre en los sistemas cuánticos, y se producirá un emocionante giro del entendimiento, porque ahora se conoce que la simetría de traslaciones del tiempo, se puede romper con interacciones altamente no locales, es decir por interacciones de  multi-partículas, denominadas "cadenas", donde al menos la mitad de las partículas interactúan simultáneamente.

Aquí, en estos fenómenos, la función de correlación, de estado del suelo asociada, exhibe oscilaciones perpetuas debido al acoplamiento, donde tal vez se llegue a comprender posibles sistemas cuánticos, donde las interacciones de largo alcance, pueden inducir dinámicas no triviales, por lo que se está intentando, en estos momentos, averiguar si estas correlaciones se mantienen y sobreviven en momentos infinitos.

Sin embargo, a su vez, la moralidad no existe, sin el conocimiento de la ley, sin esa función de correlación, sin la promulgación, condición necesaria, requisito indispensable, para obligarnos a ser diferentes ,en condiciones de igualdad, para cumplir y ajustar, nuestros actos a ella; de ahí de donde no hay ley, no hay delito, no hay infracción, ni observancia, las acciones todas se presentan, con el carácter de indiferentes, por no existir esa norma, ese principio al cual, arreglamos nuestra conducta.

Por estas circunstancias, afirmamos su existencia, en medio de lo mudable y transitorio, proclamándole a través del espacio y del tiempo cristalino con necesidad absoluta, subsistente siempre, siempre viva en el fondo de la conciencia humana, donde aparece esculpida, con caracteres indelebles, y como un código inmutable, que reprueba la culpa, premia la virtud, abomina el vicio, recompensa el merito, castiga el delito, enalteciendo y aplaudiendo lo bueno, lo justo y lo humano.


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