Estado de emergencia del 7 de Marzo
El estado de
emergencia, se declaró en Nueva York el 7 de marzo. Por lo tanto, un
fracaso trimestral tan fuerte del PIB en los Estados Unidos, se formó en un mes
de cuarentena incompleto.
Según
estimaciones aproximadas, tal “placer” como una cuarentena no programada, le
costará a la economía de los Estados Unidos una caída del 10 por ciento en el
PIB en términos anuales.
Estas
circunstancias es solo un efecto negativo a corto plazo, sin tener en cuenta
los efectos de la cuarentena en el tercer, y cuarto trimestre de este mismo año 2020.
Por cierto,
las estimaciones más radicales de los expertos sugieren una caída del PIB de
EE. UU. En el segundo trimestre de hasta el 27% en términos anuales e incluso
más.
En este
punto, resulta obvio, que lo más probable es que no sea posible evitar, una fuerte
tormenta económica. Las actuales estadísticas macroeconómicas, pintan
aspectos "horribles", y son las que provienen de la Eurozona, y ahora
los Estados Unidos, están actuando como verdaderos precursores de tal
tormenta.
Los hechos
casi increíbles, como el costo negativo observado de los futuros del petróleo y
la amenaza de desbordamiento de todas las capacidades de almacenamiento de
petróleo del mundo, juegan un papel muy negativo. Esto significará que
muchas compañías petroleras no lograrán evitar la conservación tecnologicamente masiva, siendo indeseable para los pozos. Este proceso sentará las bases
para el crecimiento futuro de los precios del petróleo en el horizonte temporal
de seis meses a un año.
Ahora, para
inversores y especuladores, es hora de prestar atención a los indicadores
macroeconómicos objetivos. De momento un flujo ilimitado de liquidez, ha
provocado (+11%) en Dow Jones Industrial Average y (+12,5%) S&P 500 no observables desde 1987. También con un (+15%) el índice compuesto Nasdaq de alta tecnología, mostró el mayor aumento mensual desde
2000. En base a
esta consideración, deberíamos esperar una reanudación de una caída a mediano
plazo, en el mercado de valores de los EE. UU. Así en consecuencia,
derribará los mercados bursátiles de la mayoría de los otros países.
Es propio
mencionar, sobre el estado actual del mercado de metales preciosos. Los
futuros del oro continúan consolidándose entre un 4 y un 5% por debajo de su
máximo reciente de siete años. Esto se debe principalmente al hecho de que
el metal amarillo conserva, su función monetaria histórica, ante la
flexibilización de la política monetaria.
En
consecuencia, los precios de otros metales preciosos muestran una dinámica a
medio plazo mucho más débil. Esto se debe a la disminución actual en el
consumo de platino, plata y paladio en la producción industrial. Las
nuevas perspectivas de aumento de los precios de estos metales dependen
principalmente del ritmo de la recuperación económica mundial.
Y lo que se
adivina, es la perspectiva inminente de una reanudación de la guerra comercial
entre Estados Unidos y China, no resultado alentadora.
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