La política
del forastero.
El actual
gobierno puede pretender, o bien no llega a comprender, que mediante la
secuencia aleatoria de sus mensajes de incertidumbre y con una absoluta ausencia
de democracia, por primera vez en 45 años, a las personas, se nos enciende en el cerebro
un gran número de neuronas a la vez, que hacen emerger a la conciencia, una
serie de vivencias psíquicas repentinas, automáticas y muy intensas. Estas
sincronías, implican un corte brusco del normal discurrir de la conciencia,
quedando de repente fuera del control de la voluntad, mantenida con una
penetrante vivencia pasiva, que se sigue experimentando como algo
extraordinario llenándonos más de asombro que de extrañeza.
En realidad
es el sometimiento a un juego mordaz de hiperia, con el que pretenden desmembrar el psíquico de
la población, y de toda la oposición, resultando
estas circunstancias de una extraordinaria falta de moral.
Porque para
la gente pobre, o la que lo va a ser, por esta crisis, el trabajo es, ha sido y
seguirá siendo la principal fuente de ingresos, y satisfacción personal, y
vivir sin él será extremadamente difícil, en el tiempo. En comparación, para
los ricos la actuación resultará de manera diferente, para ellos el dinero es
un instrumento financiero para la preservación, protección de las empresas y su
desarrollo, y ante esta crisis saben que el valor de ellas se reducirá.
Sufragar una
renta mínima, durante un razonable periodo, para los pobres, tendrán adjetivos de
misericordia humana, pero tampoco es una oportunidad segura para ellos, porque
ellos mismos son conscientes, a pesar de la limosna, que las personas pobres,
lo son porque en el proceso de la vida no utilizaron las oportunidades
ofrecidas. Porque después de todo, la riqueza es el resultado del pensamiento y
las acciones que has venido tomado o no. Y no viene así, es el resultado.
Para resumir
las preguntas que se formulan, es diferente, mientras los pobres se preguntan
donde trabajaran después de la crisis, los ricos se cuestionan, que habilidades
y competencias se demandaran después de la crisis.
Ayer, Gina Kolota, explicaba que según los
historiadores, las pandemias tienen dos tipos de final: el médico o sanitario,
que ocurre cuando las tasas de incidencia y muerte caen en picado y otro final
el social, cuando disminuye la epidemia de miedo a la enfermedad.
Lo curioso, es
que en esta arrogancia política de este gobierno, se acusa el otro miedo, y es
el democrático con su eliminación. Luego en esta pandemia existen tres finales.
Con lo cual,
incluyo comentar un mal comportamiento, junto con una falta de humildad, y un
no saber estar de la Srª Arrimadas, no por el hecho de dar su oportuno apoyo a
la labor del gobierno, sea buena o mala, sino porque en su momento intento
efectuar un desprestigio social, que no político, a una diputada sin estudios, de
ese gobierno, escogida tan democrática como ella y como se ha demostrado más cabal
que ella.
Así que, como
las oportunas mareas que suben y bajan, en los partidos donde también, pueden disminuir
sus seguidores, más le vale que durante este mes se vaya preparando, para el
tratamiento “psico-político-terapéutico” que le espera, como mal avenida forastera.
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