Confesión del Virus
Hace más de veinticinco
años, que converse por internet con Francisco, aun no era un apostolado,
hablamos sobre la enseñanza y el conocimiento de las religiones, en aquel
momento el perfectamente percibía, que yo no podía procesar su misma religión,
aunque observaba que la conociera, el en ese momento reconoció bien los riesgos
de los no creyentes, y personalmente aprendí de él, que para ganar las batallas
no hay que discriminar.
Próximamente el
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantendrá
un encuentro el próximo sábado 24 de octubre con el Papa
Francisco.
Estoy seguro que intentará presentar como evidente el
Orden racional del Mundo, aún estando sometiéndose a los Amos, (Bill Gates, Georges Osoros), o a los poderes dominantes, racionales
y planificadores, que comienzan en la República platónica y terminan en los
campos de Auschwitz, en el Archipiélago Gulag y en la actual Pandemia
Estratégica Social Mundial del Coronavirus:
«Y aunque
tengan que matar, o exiliar a éste o aquel para purgar y sanear las naciones, exportar a colonias como se diezma a las
abejas para hacerla más pequeña o importar a gente del extranjero o crear
nuevos ciudadanos para hacerla más grande, mientras se apoyen en la ciencia que
ahora ellos manipulan y en la justicia que
compran, para mantenerla y de mala la conviertan en la mejor posible, queda
definido por términos parecidos que esa constitución que medida que buscan, y
que debe ser para nosotros la única constitución recta...»
Los revolucionarios
políticos en la actualidad, como son Pedro y Pablo, asumen que son buenos
relojeros y en el fondo no buscan hacer otra cosa sino tratar de ajustar las
vidas humanas al orden del Tiempo, al ritmo implacable de su realidad, y a los
dictados del Amo, aunque cueste el precio de los que eran jueces.
Pero existen
diferencias de presentación, aunque no hay cambio histórico profundo en los cursos
de acontecimientos que marchan siempre en la misma dirección: donde la
estructura permanece a través del cambio de los tiempos y solamente se hace más
potente, más universalmente aplastante contra la libertad de acción y pensamiento.
Es la
estructura de la totalidad, la estructura actual que asume el Estado Español,
que vigila el orden de las cosas materiales y el orden de las cosas
espirituales, ese orden del los que están sometidos a ese Global-Estado
explotador, que próximamente va a desaparecer, en la medida en que se sienten algo más que
una nada o una pura impotencia, y no se sienten una nada en la medida en que son
efectivamente algo, un poder en la deshonra; donde pretendían alimentar
racionalmente un proyecto revolucionario, que tendrá de ser distinto en cada
situación histórica.
Desde el punto de vista del pluralismo histórico y dialéctico, Sánchez ahora es un gusano y como Marx no puede reducirse a Platón; sus diferencias son sustanciales –son diferencias históricas– sin perjuicio de que esas diferencias sólo puedan perfilarse con precisión sobre el fondo común de sus semejanzas abstractas.
El pesimismo histórico de la pandemia no es otra cosa sino el mismo
optimismo histórico de un pensamiento criminal, que impide avanzar en los
ensayos de la vacuna, como el de Iglesias cambiado de signo: Pablo es así
simplemente un anti- Cándido.
Pero tanto
Cándido como su negación se sostiene en el mismo tronco metafísico, el monismo:
contraria sunt circa eadem.
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