Aditivo antipropósito
Hoy, la
búsqueda de la sostenibilidad y la conciencia no son solo un capricho o una tendencia temporal, sino algo que debe convertirse en parte de nuestra
vida del día a día, y también de todas las generaciones futuras. Para intentar
salvar la viabilidad natural del planeta, todo debiera funcionar como un único
mecanismo, desde los hábitos cotidianos personales de todos hasta las
iniciativas globales.
Con este
fin, incluso se desarrolló una estrategia de desarrollo unificada para los
países integrantes de la Unión Europea, con el denominado Pacto verde Europeo
cuyo principal objetivo era ambicioso para su escasa limitación geográfica
mundial, y es intentar lograr la neutralidad climática para 2050.
Por lo
tanto, en realidad lo que se pretende, es un control sobre el trascurso que cubre todas las áreas,
desde el transporte, la agricultura, hasta la industria y la regulación
alimentaria. Así por ejemplo, una de las distracciones, es una de las pretensiones en que cualquier embalaje
de productos debería ser reciclable para 2030.
Aunque los organismos ahora, reconocen
que millones de toneladas de comida terminan anualmente en basureros en
ciudades de Europa, siendo lógico pensar que algunos de los productos logran llegar
al consumidor y otros se envían a los vertederos directamente desde los supermercados.
Pero a su vez claro es que el drama del otro lado del problema del hambre en el mundo,
para los países del primer mundo es la utilización de los envases desechables,
cuyo daño representa una amenaza colosal para su medio ambiente.
Tal vez,
para este mismo período de vergüenza, este previsto reducir a la mitad la cantidad de
desperdicio de alimentos, por el encarecimiento de los mismos,. Y se prestaran a intentar regularizar a
estándares que presten mucha atención a la agricultura que denominen ecológica,
al apoyo de esas nuevas industrias afines y empresas en la transición hacia un formato de trabajo que apelan de respetuoso con el
medio ambiente, que no humano.
Cada punto
de esta estrategia formalizadora, aunque parezca estar dirigido no solo de cuidar
la naturaleza y el desarrollo sostenible, también procurará eliminar personalismos
bajo la acusación de intoxicaciones, a fin de querer dominar la mejora de la salud en las personas y su
nivel de vida.
No solo
estas iniciativas europeas pueden resultar importantes para salvar esa nueva
explotación “sostenible” del planeta, como economía controlada, sin autarquías, sino también los esfuerzos personales que
incluso, a primera vista hagamos los más insignificantes de cada persona.
El referente de la distracción en la discusión permitida será la disminución en la utilización de la clásica bolsa de plástico, y en este sentido no pierde mucho frente a las de plástico biodegradable. Dado que en la práctica, la segunda opción resulta ser aún peor, ya que no se logra descomponer por completo, sino que tan solo se descompone más rápido en micro-plásticos, lo que facilita aún más su entrada en el estómago de los animales, el suelo y el agua.
No es una
coincidencia que un tribunal de Milán dictaminara en 2015 que las bolsas y
otros envases de plástico que contienen el aditivo de polímeros d2w no pueden
comercializarse legalmente como "biodegradables" de acuerdo con los
estándares del mercado europeo.
Y sin
embargo, las bolsas de papel, en cambio, aunque parecen ser una alternativa
respetuosa con el medio ambiente solo resulta a primera vista, porque también
alegan insidiosamente en su producción, diciendo que la obtención de celulosa
compite y requiere muchas veces más recursos que la producción de plástico.
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