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sábado, 19 de diciembre de 2020

Repatriar coherencia.... LA BOHEME


Repatriar coherencia

De alguna manera es vergonzoso que todo esté cambiando y todos esos técnicos teóricos del urbanismo guarden silencio. Mientras tanto, los cubos de basura ya pueden decirte qué tan llenos están, así como los bancos te sabrían decir cuántas personas están trabajando y con qué frecuencia; o bien así mismo declarar cuántas personas han pasado por los cruces de peatones, o bien sin han transitado vehículos por carreteras y en qué número, ahora los atascos se ponen vivos, y los ciudadanos sin percatarse son recibidos por multitud de cámaras y algunos aunque no lo sospechen ya son como personajes reconocidos por la vista y creo que es hora de que los teóricos también se animen a opinar.

Es cierto que hasta ahora estábamos hablando del progreso de las mediciones, de cuando y de donde, y era todo por los datos de la basura, por los peatones, la velocidad, la contaminación, la luz, la alegría, el número de víctimas, o bien del consumo de cerveza en los fines de semana.

Ahora críticamente observamos que la ciudad moderna del futuro no es una ciudad nueva. Sobre todo, porque nadie construye nuevas ciudades basándose en los logros de la era de la informática, nadie está ocupado con su forma simbólica o contenido funcional, no hay más ideas de "ciudades andantes" que vayan a conquistar nuevas tierras; nadie más está experimentando en esto, excepto algunos jeques árabes.

Aquí sólo estamos hablando de la reorganización de ciudades existentes, preferiblemente exitosa, con un gran potencial financiero. Y así, obtendremos la primera ciudad del futuro de la historia sin un ideal social.

Ahora como todo el mundo sabe, en el lugar del ideal social han surgido tres nuevas religiones: el comunismo, el fascismo y el liberalismo. 

El fascismo ahora también está más o menos muerto, o mejor dicho, sus brotes aún no han dado la idea de una nueva sociedad, sino solo de un largo estado.

El liberalismo está vivo y coleando. Pero debo decir que no se entiende realmente qué es una ciudad liberal del futuro. La ciudad como derecho, competencia y libertad tiene más que ver con el presente que con el futuro. Y en general hay pocas teorías liberales de la ciudad. Las ideas urbanas se basan de una forma u otra en los valores de la comunidad y por lo tanto, no pueden aislarse completamente del comunismo. 

Pero el monstruoso fracaso de construir el comunismo en cualquier país no nos puede permitir utilizar el sueño de esta última religión de ninguna manera clara y expresada - es un remanente que no recuerda quién lo ha desdibujado tanto-, porque el único sistema de creencias que de alguna manera organiza la ciudad actual del futuro es la ecología. 

Porque ahora sólo el programa ecológico es un sistema de vistas más o menos consistente sobre la ciudad, y siendo la coherencia su principal ventaja. 


 


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