Sentirse
Pionero
La gente está cansada de hablar de dos cosas:
la política y el coronavirus. No podemos cambiar nada y la información se emite
de forma similar a una veleta, que gira donde sopla el viento.
Desde que hemos sufrido este aislamiento y
confinamiento como consecuencia de la pandemia, nos resulta bastante difícil
imaginar un mundo en el que la gente no sienta una necesidad especial de mirar
los mapas, pero estas circunstancias en realidad hacen un reflejo de lo que
precisamente ocurría con las personas en la era de la antigüedad.
Es bien sabido que la corografía es un
conocimiento científico que utiliza métodos descriptivos en el análisis de las
peculiaridades de las entidades territoriales. De hecho, esto solo lo
saben determinados técnicos de geotecnologías en cartografía, amantes del
pasado.
Y que en realidad son lo suficientemente indolentes,
tal como eran los romanos, o los bizantinos, ya que estos no confiaban
particularmente en los mapas, como ahora sería intentar y pretender estudiar
este mismo pasado en la cómica Wikipedia.
Aunque las circunstancias de ahora no tratan
de la indolencia, sino todo lo contrario, de la inquietud del espíritu humano.
El autor de Almagesto, Claudio Ptolomeo,
realizo la mayor obra pre-copernicana sobre mecánica celeste, corografía y
geografía, más cercana a la cartografía donde lograba relacionar el arte y la
artesanía, mediante esa geografía antigua y con la corografía que era la
historia.
Antes como ahora mediante la cartografía se
lograba manifestar todo, desde la ciencia militar hasta la propia planificación
de las ciudades y territorios.
Ahora en la actualidad efectuamos
publicaciones digitales cartográficas en internet, y aunque también su
metodología posee ciertas limitaciones, se llega a lograr sin embargo que la
información pueda zonificarse e insertar sobre ella hipervínculos asociados a
otro tipo de informaciones, donde se puede desarrollar propiamente esa
corografía, digamos que funcionan como mapas estáticos sensitivos.
Para ello utilizamos tres tipos de lenguaje
el HTML, donde podemos definir por coordenadas en pixeles una serie de regiones
y se les puede asignar un hipervínculo, el lenguaje Flash, generando archivos
de extensión swf, el lenguaje SVG, desarrollado en XML, para manejo de archivos
vectoriales, y como alternativa a Flash, y todo ello lógicamente con un
servidor de mapas que posea un software capaz de interactuar con fuentes de
datos SIG y presentarlo por internet a través de un servidor de web.
Pero el principio subyacente a la corografía
es mucho más universal, no se limita a la descripción del área, ya que habitualmente
trazamos nuestra ruta por puntos y nos solemos mover de uno a otro, sin prestar
atención a todos los estímulos cartográficos, por eso no hay nada de malo en convertir el
trabajo, las relaciones, y la vida misma
en una descripción corográfica de las cosas asombrosas que vamos
encontrando. Y en este caso siempre nos sentiremos pioneros.
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