Constitución
a Conciencia
Con una
sabiduría refrendada desde 1978, y en la práctica con la teoría de la
Constitución actual, es cuando las personas tienen tal libertad, siendo esta su
mejor calidad de vida. Porque son libres a nivel psicológico.
Según
la visión actual habitual, la política es un sistema de relaciones entre varios
grupos que presionan y amenazan al resto por acaparar todo por el poder.
En
este sentido, la cuestión de la politización de las personas se terminará
reduciendo si aún lo permiten a su comportamiento electoral, o bien mediante la
participación en algún tipo de asociaciones institucionales como las ONG
vinculadas a partidos de izquierda.
Si no vives
correctamente, entonces es mejor no vivir de ninguna manera, esta es la
espiritualidad en el sentido de poseer conciencia. Donde todo se podría
resumir en vivir bien o no vivir de ninguna manera.
¿Pero cómo
puede ser posible saber cómo vivir bien, con las actuales circunstancias e
impedimentos que nos ofrecen desde el año 2019 ?. Ante la incertidumbre quisiéramos
saber, pero no será posible con este desgobierno de la desfachatez.
Por lo
tanto, observaremos que la reacción que nos están ejerciendo es meditada y con
saña, y que a una persona normal le experimentará una constante insatisfacción
consigo misma, con otras personas, con el país y el mundo, eludiéndose así, ellos
consecuentemente de cualquier responsabilidad.
Reconozcamos
por tanto, que esta peregrina educación farisea, afortunadamente, no es propia
de nuestro país de prestigio y con respeto religioso.
Resultando
este continuo amedrentamiento en todo momento publicidad ante la
desconsideración al ciudadano y que en el ascenso de tales despropósitos, es donde
deberemos defender y asegurar que la mayor calidad de vida es la libertad de
vivir como quieras, o al menos pensar como quieras.
Desde
este punto de vista, las personas españolas difícilmente no se podrían
calificar de politizados. Aunque después del trauma de más de 70000
muertos, y de la falta de responsabilidad, participación y compromiso de la
política del gobierno sobre la fallida respuesta sanitaria a la pandemia.
Y
suma que directamente están asociadas con la multitud de medidas
anticonstitucionales, que cercenan la libertad y perjudican la economía de las
personas se están alejando de tales apaciguados pensamientos.
Aún
con la Ley de la desinformación o de la nueva censura, esto no quiere decir que
se vuelvan las personas apolíticas o incluso indiferentes, como suelen
escribir, porque hay otra vida política que llamamos ciudadanía cotidiana.
Y
es en ese sondeo donde se aplicará, con ciertas particularidades a personas
afines, el sentimiento y la percepción de uno mismo respecto a su moralidad
como ciudadano del país, responsable de su presente y futuro.
Se
trata de otro tipo de declaración privada, cada vez menos pública, con su
derecho a participar en los acontecimientos de la vida del país y a cambiar
cuidando soterradamente las relaciones.
Ahora
la tendencia es una auto-organización de base con las personas afines a nuestra
amistad, educación, cultura, moralidad, emprendimiento, entendimiento y vecindad,
que reclamaran el derecho en la sociedad y al futuro de único sólo país.
Está
absolutamente claro que este impertinente y chabacano gobierno con pretensiones
republicanas, ha intranquilizado y avivado a todos los españoles donde la
conciencia cívica ha crecido en un sentido contrario a las pretensiones
gubernamentales.
Y
no es gracias a la continua batucada a golpe reiterado de tambor de esas
embusteras e ingenuas y desagradecidas propuestas, decretos-leyes con
antipáticos proyectos díctense de “frugalidad patriótica” que son impulsados, sin
éxito por el ejecutivo.
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