La Agenda 2030 y el Disfraz de modernización
El análisis de los eventos en el Mobile World Congress, Barcelona, revela que
las intenciones políticas atribuibles a Mutra en el contexto de la Agenda 2030
parecen ir más allá de una mera estrategia de modernización y digitalización.
La apuesta por la desregulación y la consolidación de las telecomunicaciones,
disimulada tras discursos sobre la lucha contra la desinformación y la
innovación, plantea serias interrogantes sobre la influencia de intereses
corporativos en la definición de políticas públicas.
En definitiva, mientras la retórica oficial celebra la
llegada de inversiones y la modernización del sector, la realidad sugiere que
detrás de esta fachada se esconde una agenda que podría debilitar la soberanía
digital y el control democrático, favoreciendo la concentración de poder en
unas pocas empresas multinacionales. Frente a esta situación, resulta
imprescindible un debate público más riguroso y transparente que garantice que el
desarrollo tecnológico y la conectividad respondan realmente al interés general
y a la protección de los ciudadanos
El guión
La narrativa política y económica que envuelve el
sector de las telecomunicaciones en Europa se ha visto intensificada en el
marco de grandes eventos internacionales como el Mobile World Congress. Los artículos
periodísticos analizados – uno centrado en el rol de Mutra durante el MWC y
otro que expone las prioridades de la Unión Europea en ámbitos estratégicos –
revelan una convergencia entre la llamada Agenda 2030 y una serie de propuestas
de desregulación y consolidación en el sector. En este contexto, se cuestiona la
legitimidad y el trasfondo ideológico de las decisiones que parecen favorecer,
en última instancia, a los grandes actores tecnológicos.
La Agenda 2030, originalmente concebida como un marco
de desarrollo sostenible y cooperación internacional, ha sido reconfigurada en
ciertos discursos políticos para enmascarar políticas de apertura de mercados y
fusión de compañías. En el documento “Mutra y la Agenda 2030 para Mobile World
Congress”, se observa cómo el discurso oficial se concentra en la atracción de
inversiones y la modernización digital. Sin embargo, tras este discurso se
esconde una agenda que privilegia la presencia de grandes tecnológicas
extranjeras y la reducción de barreras regulatorias que históricamente han
servido para proteger tanto a los ciudadanos como a la competencia leal en el
mercado.
Estrategias de desregulación y consolidación
Uno de los elementos centrales es la insistencia en
que la reducción de la regulación permitirá a las operadoras y grandes empresas
del sector crecer y competir en un entorno global cada vez más concentrado.
Marc Murtra, presidente de Telefónica, se erige como portavoz de esta visión,
argumentando que la consolidación mediante fusiones no solo aumentará la
competitividad, sino que también fortalecerá la autonomía tecnológica de
Europa. Esta perspectiva, sin embargo, puede interpretarse como una estrategia
para facilitar la concentración del mercado en manos de unos pocos actores,
generando así un desequilibrio que podría afectar tanto la innovación como la
protección de los derechos de los usuarios.
El relato oficial también enfatiza la necesidad de
combatir la “desinformación” y otros riesgos digitales, en ocasiones utilizando
estos argumentos para justificar encuentros con gigantes tecnológicos como
Cisco, Meta o Moonshot. Estas reuniones, que se enmarcan en una narrativa de
seguridad y modernización, esconden una intención de legitimar políticas que,
en última instancia, podrían facilitar una mayor influencia de intereses
corporativos en la definición de normativas cruciales para el sector.
La disonancia con la estrategia
Europea
Sin embargo, la “UNIÓN EUROPEA”, ofrece un contraste
interesante al describir las prioridades estratégicas que le son propias en
ámbitos como la autonomía en el espacio y la soberanía digital. Mientras que la
Unión Europea apuesta por proyectos que buscan integrar el espacio en la
economía, desarrollar sistemas alternativos (como Galileo) y fortalecer la
conectividad segura, la estrategia que promueve Marc Mutra se centra en la
desregulación y la fusión de empresas, en una aparente contradicción con el
enfoque de soberanía y seguridad que se quiere impulsar a nivel comunitario.
Esta disonancia pone en evidencia un conflicto entre
dos modelos de desarrollo: por un lado, uno que se fundamenta en la inversión
pública y el control regulatorio para garantizar el interés general; y por
otro, un modelo que favorece la apertura de mercado y la concentración de capital
en manos privadas, lo que puede derivar en una pérdida de control sobre
sectores estratégicos, por querer establecer determinadas intenciones políticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario