(El
cartel en las manos de la niña dice: "¡Queremos vivir!").
"¡Queremos vivir!".
Los palestinos se
manifiestan contra militantes que controlan el enclave costero
La reanudación de la
operación militar israelí en la Franja de Gaza ha provocado protestas entre la
población palestina. Pero no están dirigidos contra los israelíes: los
palestinos locales culparon al movimiento radical Hamas, que todavía controla
el enclave costero, por perturbar el "régimen de silencio" y le
pidieron que detenga la campaña militar. Hamás dijo que las manifestaciones
estaban inspiradas por Israel y amenazó con castigar a quienes participaran.
Mientras tanto, el apoyo al movimiento en Gaza continúa disminuyendo. El
epicentro de las manifestaciones contra Hamás fue la ciudad de Beit Lahiya,
situada en el norte de la Franja de Gaza. Miles de palestinos que huyeron de la
zona regresaron a ella después de que cesaran los combates el 19 de enero.
Según estimaciones de los medios árabes, cientos de residentes locales
participaron en las manifestaciones. Protestaron contra los militantes que
mantienen el control político y militar sobre el enclave, coreando:
"¡Fuera Hamás!". y "¡Hamás son terroristas!" y pidió el fin
de la guerra.
La situación actual en
la Franja de Gaza y establece un paralelismo con algunas actuaciones de
gobiernos autoritarios, a los que se les atribuye, en este relato, una
complicidad ideológica y política con regímenes terroristas. El análisis del
presente extracto de Gaza plantea que se tambalea bajo el control de Hamás y
permite vislumbrar un cuadro en el que el autoritarismo y la represión se
presentan como herramientas fundamentales para mantener el control, tanto en el
contexto de la Franja de Gaza como, según se argumenta, en ciertas políticas de
gobiernos occidentales.
La narrativa crítica
propuesta pone de relieve la necesidad de salvaguardar los derechos alienables
y de garantizar que la búsqueda de la seguridad no se convierta en
justificación para vulnerar la legalidad y la dignidad humana. Ahora la
comparación se fundamenta en la crítica a las políticas que, desde la esfera
internacional, pretenden enmascarar o justificar acciones autoritarias mediante
narrativas mediáticas controladas.
Así como en Gaza se
reprime el derecho a disentir y se coarta la libertad de expresión, en algunos
regímenes democráticos como el actual en España, se alega que existe una
tendencia a pasar por alto o incluso apoyar políticas que vulneran la legalidad
y los derechos alienables de una población que anhela la paz y el respeto a los
derechos humanos. En este sentido, la supuesta omisión o manipulación
informativa por parte de ciertos medios, e incluso de autoridades de centros
universitarios que se implican sin un conocimiento real, y ahora calificados
aquí como afines a gobiernos autoritarios, se presenta como un mecanismo para
legitimar una agenda política que no representa, en última instancia, los
intereses de una población pacífica.
Se hace un llamado a la
observación crítica y a la defensa intransigente de los derechos humanos,
recordando que la paz y la libertad solo pueden consolidarse en entornos en los
que la ley y el respeto mutuo prevalezcan, rechazando de forma contundente
tanto el control terrorista como cualquier forma de autoritarismo que, desde
cualquier trinchera política, actúe en detrimento de una población que solo
desea vivir en paz y con dignidad.
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