Caramelos de sufragio
En la evolución del género
humano, los derechos, enlazan cada fenómeno, a los demás, enlazan el presente, a
todo lo pasado, á todo lo futuro, abriendo el espíritu, a perspectivas inmensas,
donde en el más humilde, de los seres, se presenta el universo entero, donde
está de más, buscar los restos de supersticiones y abandonados cultos.
En el supersticioso, y polémico
lenguaje inclusivo, todos nuestros conocimientos acumulados, solo sirven para
hacer, más profundo e irritante, este misterio metafísico. La antinomia del
género, quiere hacerse, parecer tan profunda, del sentimiento humano, que apenas, la eludimos, dado que se nos presenta, bajo un prisma audaz, de solitaria
leyenda, con falta de gracia, y sentido común.
Pero la verdad, es que
en una democracia habrá siempre gente selecta, y de buen gusto, y no tienen los
sabios más cuidado, que no poner nada de sí mismos, en las cosas que observa;
entre él y los demás, debe existir la necesaria armonía; y los académicos, adquiriendo
conciencia de esa armonía, no está menos que lo verdadero del sabio.
Así, como no podemos
arrancar, de nuestro corazón el mundo, no es posible, que del mundo se
abstraiga nuestro corazón tampoco.
El querer, cruzar la
humilde flor del pensador contemplado, donde se plantea que el Congreso de los
Diputados, acorte su nombre y pase a llamarse sólo “Congreso” por equiparación,
para evitar algún pensamiento, de exclusión, debería previamente encausar, el paso
de la categoría del instinto, a la categoría de la reflexión, dado que el “congreso
de los diputados”, se define con exclusividad de esta manera: ”Asamblea legislativa formada por representantes
del pueblo elegidos por sufragio universal”.
"El lenguaje eficiente no es inclusivo"
ResponderEliminar"Así, como no podemos arrancar, de nuestro corazón el mundo, no es posible, que del mundo se abstraiga nuestro corazón tampoco."
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