Dilema Adolescente del Inexistente
Centro
La Geopolítica
y Maquiavelo hacen del éxito la única regla del hombre de Estado; pero este en
su ciega ambición quiso olvidarse de que existían cosas sagradas y respetables
que era forzoso reconocer y acatar.
Aún no se
sabe con certeza cuál será el verdadero programa político del nuevo huérfano del
partido popular español. A juzgar por las nuevas personas y los elementos de
las doctrinas inaceptables, que lo están en estos momentos constituyendo,
pudiera decirse que su política tendrá como siempre ese compromiso de pusilánime
para la sociedad, que no para el partido, dentro de la naturaleza de estado.
Este juicio se
funda y se referencia en los hechos, como consecuencia a la previa consulta dirigida
sin sentido al candidato al “Nobel de la Miseria en Venezuela”, disimulada
visita participada por Egea a Zapatero, porque hasta esa fecha, nada nos
autorizaba a juzgar de una manera definitiva, si únicamente tuviéramos la constatada
referencia del laboratorio de ideas (sin filtraciones) de la fundación Faes.
¿Puede
aceptarse, según la máxima de Maquiavelo, la separación de la política y de la moral?
Si así sucediese, ¿no viviría el orden político fuera de esos principios y de
esas reglas que se imponen en la conciencia de todo hombre honrado?
Hay que ser
consciente, que en todo momento, es la política, o sea la dirección de los
negocios públicos, la vida natural del Estado, o el arte practico del gobierno,
donde no solamente, como algunos han creído, el arte de gobernar, es también la
ciencia del gobierno, y el tal concepto está ideado por esos apartados sabios,
escritores o tratadistas que difunden en conversaciones con la elocuencia de
sus palabras o con la autoridad de sus escritos las ideas y teorías, por la que
se funda vive y se dirige el estado en la presente actualidad.
Y así ante la
política teórica y la práctica, que con certeza sabemos que se encuentran
estrechamente unidas, excepcionalmente para algunos que no han traspasado los
límites de su adolescencia solo existe las prisas de desarrollar la segunda.
Sin embargo
la ciencia política sólo se propone a la investigación de lo más justo, útil y
verdadero, pero algunos políticos se impacientan en su camino y no pueden
contentarse con eso, necesitan realizar ese pensamiento abstractamente
condicionado y vencer por lo tanto a cuantos enemigos imaginarios se le
opongan. Su incapacidad no les permite encerrarse dentro de los límites de la experimentada
ciencia, porque sólo representan el desorden de la avidez de esos componentes
dentro un vastísimo campo de operaciones: el poder.
Donde
debería no ignorarse que la única operación en la que < España verdaderamente
Suma >, es la promoción de la próxima “Noción de Censura”.
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