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sábado, 15 de agosto de 2020

La poesía de la prosa..... Best of Slow


La poesía de la prosa.

De una nación de héroes, como el pueblo holandés, salió el gran pintor Rembrandt Van Rijn, el maestro de la pintura de Holanda, él nos ofrece en sus lienzos el aire protestante, el arte democrático y puritano, junto con el ánimo germano y el sentimiento más profundo.

En su obra no busquéis la belleza ideal, la nobleza de la forma, ni siquiera en su figura. El fue realista respecto a los asuntos, pero idealista respecto a la luz, a la sombra y a la actitud, donde sus creaciones producen un efecto mágico por el claro-oscuro, dado que no encontraba en su patria esa claridad tranquila y la serenidad brillante del cielo meridional, con lo cual representaba siempre la luz y la sombra luchando como dos poderes misteriosos, que producirá junto con la materialidad de la vida sensual, un efecto fantástico, una ilusión y el sentimiento de lo peregrino.

Lo que el represento son las tinieblas de la noche, iluminando solo las partes prominentes de su composición, algunas luces vivas y claras. Las escenas  en sus creaciones se enmarcan en los interiores de las hogares de los hombres del Norte frio.


Ningún pintor ha sabido representar como el que nos ocupa la poesía de la casa, y aquellos efectos mágicos de lo claro-oscuro, y es que Rembrandt atormentaba a veces la luz, así como Miguel Ángel apretaba a menudo los cuerpos en actitudes aptas de mostrar sus anatomías de una manera extraña, donde no le importaba alargar un cuello o que figurasen más poderosos los brazos, de esta manera así Rembrandt exagero un efecto de luz, si por eso se cumplían mejor sus intenciones artísticas.

Rembrandt hizo su ideal en los grandes poderes cósmicos del aura y de la luz, él los ánimos como si fuesen seres llenos de alegría, de bienaventuranza tranquila, de miedo, de tristeza y de temor de la muerte, y su luz tiene algo divino derramándose en todos sus lienzos.

Pero la vida de Rembrandt fue, como sus cuadros, llenas de sombras, derramándose una viva luz sólo en el primer periodo, el de su primer matrimonio, cuando su amor y su esperanza se repartían entre él y una mujer adorada, Saskia; cuando su vida y esperanza se doblaban y multiplicaban con el cariño de objeto tan amado que retrataba con predilección, rindiéndole esa especie de culto poético que la mujer ha recibido en todos los tiempos de los grandes y singulares genios.

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