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lunes, 24 de agosto de 2020

Razones liberales y de popularización....Felices los 4


Razones liberales y de popularización.

El liberalismo puede compararse con ese carácter que identifica a un joven que ha terminado sus estudios. Sabemos al mismo tiempo, que aunque la razón sólo es débil en el niño; mas el joven suele lanzar una mirada segura hacia el horizonte que se abre ante sus ojos.  Y si se siente animado por un espíritu de crítica, no lo hace, como el radical, por el placer de destruir.

Normalmente tiene la virtud de reprimirse en la lucha; y sabe que la moderación es el carácter principal de una política fecunda y provechosa. Un dato sobresaliente es que la persona liberal siempre contemplará que la antigüedad de una institución no es nunca, a su juicio, una razón para destruirla, porque él no es un prepotente y no se imagina que el mundo está por hacer y comienza como él a vivir y a darse cuenta de sus impresiones.

En la presente actualidad todos los que nos consideramos liberales debemos realizar un esfuerzo de entendimiento al contemplar como las fantasías perturbadas de un prepotente y desorbitado sectario de organización de un partido político, amenaza a autoridades, empresarios y periodistas con someterles a violentos acosos si él no considera que no se frenan los escraches a sus jefes.

Recordaremos que las personas de carácter liberal, siempre han amado a la libertad sobre todas las cosas; pero eso sí, no la concibe sin el orden, es decir sin esas promociones ilegales de ocupación de la propiedad, donde la citada inmoralidad de la apropiación de los bienes ajenos por fuerza física y asalto, todo esto debiera tener un ejemplar castigo y ser punible con autentica inmediatez. Porque los liberales son muy conscientes y saben que la libertad ha de ser restringida y limitada por los derechos de unos y otros.

Pero desgraciadamente, el verdadero liberalismo está muy lejos de ser lo que generalmente se designa con este nombre, queriendo renacer nuevamente ahora así en España y en Europa. Y es admirable contemplar como todos esos ciudadanos originarios de algunos lugares latinoamericanos, se han integrado y han hecho realidad sus sueños, han creado con esfuerzo y mucho sacrificio sus negocios, manteniendo sus familias y oportunamente son activos reales y ejemplos para todos en la creación de trabajo.

Sin embargo el liberalismo cosmopolita sufre aquí el continuo vilipendio en multitud de ocasiones, tal vez por los exiguos beneficios de la supervivencia económica de la prensa, y son criticados, aunque no lo deseáramos, por haber definido algunas situaciones de excepcionalidad, donde los elementos liberales se hallan en oposición y mezclados con las huestes normalizadas del radicalismo socialista y comunista, y es así en cambio, donde otros brillan más por su continuo escondido silencio e imprudencia que por su iniciativa y por su arrojo.

Siempre se ha considerado en otros periodos de la historia, que el espíritu conservador tiene menos genio, pero mayor prudencia que el liberal, es como el hombre de 40 a 50 años, menos ducho en procurarse nuevos bienes que en mejorar los ya adquiridos. El liberal ama, sobre todo la libertad; el conservador el derecho.

Las escondidas razones se encuentran que el primero prefiere fundarle filosóficamente, haciéndole progresar para que su ideal se realice dentro de él; el segundo fija su atención en el derecho aún existente y considera sagrada la forma tradicional.

A todo expresar que los principios conservadores tienen su más natural aplicación, después de los grandes movimientos “de intentos en el cambio social”, y tan sólo actúan cuando se trata de conservar las conquistas hechas y de preservarlas contra nuevos abusos.

La coexistencia es viva y siempre entre liberales y conservadores existirá lógicamente un estrecho parentesco: la fecundidad viril de unos responde a la templanza y a la moderación, también viriles, de los otros.

Los liberales tienen el ardor del entusiasmo; los conservadores la conciencia del deber. Nunca se producirá entre ellos una guerra a muerte, más bien serán cuestiones buscadas donde se brindará la oportunidad que determinan su separación. El conservador es por norma poco agresivo. La fuerza que une su propia desunión es principalmente la defensiva; pero tan sólo en caso necesario y último optara por ejercitar atacar para aprender y saber defenderse. 

“Laissez faire et laisser passer, le monde va de lui méme” (V.Gournay)

1 comentario:

  1. Muy interesante la visión del liberalismo, me identifico bastante con ésta

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