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jueves, 1 de mayo de 2025

“Del Billete al Byte”.. Blues atemporal

 


“Del Billete al Byte”

 Cuando el pago se convierte en control y puede aislarte del sistema financiero”

El euro digital y los nuevos mecanismos de pago tienen el potencial de modernizar la economía, pero sin salvaguardas efectivas (interoperabilidad, privacidad garantizada, separación de poderes real) se transformarán en vasos comunicantes de un control financiero masivo. El ciudadano común se enfrenta al riesgo de exclusión, pérdida de libertad económica y coacción política, precisamente por la muy fácil implantación de herramientas tecnológicas que, en manos de regímenes socialistas dictatoriales, pueden destruir tanto la paz social como las relaciones económicas internacionales.

La transición hacia nuevas formas de dinero y de gestión de pagos -como el euro digital- así como la proliferación de instrumentos financieros basados en tecnologías emergentes, no ocurre en el vacío: interactúa con la estructura del comercio libre y puede convertirse en palanca de regímenes autoritarios que, bajo un discurso de “igualdad” o “soberanía”, erosionan las libertades económicas y sociales. El ciudadano corriente se convierte así en sujeto de tensiones sistémicas que ponen en riesgo desde su acceso al simple acto de pagar hasta su seguridad jurídica y privacidad.

Nuevos mecanismos de gestión y pago

a) Ruptura del ecosistema de tarjetas tradicionales

El euro digital, al ser emitido directamente por el BCE y ofrecer transacciones a costo casi cero, compite frontalmente con redes como Visa o Mastercard, basadas en comisiones por transacción. Esto implica:

  • Desplazamiento de intermediarios (bancos emisores y procesadores de pago), que hoy garantizan amplitud de aceptación y cierto respaldo al usuario (reclamos, devoluciones, protección antifraude).
  • Necesidad de nueva infraestructura (terminales, API, software), inaccesible en un primer momento para muchos comercios pequeños, lo que limita lugares de pago.

b) Control directo y vigilancia

Al poder mantener monederos directamente con el BCE, el ciudadano corre el riesgo de:

  • Pérdida de privacidad en sus gastos cotidianos, pues el registro centralizado facilita auditorías del Estado.
  • Bloqueo o límites arbitrarios: en supuestos de “riesgo de fraude” o “insuficiente justificación de gastos”, el acceso a su propio saldo podría ser restringido por decisión administrativa.

Impacto sobre valores y libre comercio

c) Fragmentación de mercados financieros

La coexistencia de monedas digitales nacionales (euro digital, yuan digital, etc.) con redes privadas y criptomonedas genera:

  • Aumento de costes de conversión y complejidad operativa para comercios que realizan ventas transfronterizas.
  • Volatilidad regulatoria, ya que cada jurisdicción fija sus propias reglas sobre “moneda de curso legal” o límites de tenencia de monedas extranjeras o digitales.

d) Riesgo de proteccionismo encubierto

Bajo el pretexto de “soberanía monetaria”, un Estado podría imponer sanciones o aranceles vía restricciones a transacciones digitales con ciertos países o actores, dificultando el libre comercio y encareciendo productos importados.

Facilidad de implantación de regímenes socialistas dictatoriales

La historia muestra que el control del dinero es la llave del poder político. Con un sistema monetario digital completamente centralizado:

1.    Se elimina el efectivo como vía de escape a controles de capital y censura financiera.

2.    Se puede imponer fiscalidad retroactiva o “impuestos especiales” directamente en cada transacción, sin control democrático real.

3.    La propaganda oficial se financia y se difunde mediante incentivos en la propia red de pagos (por ejemplo, bonificaciones digitales a “buenos ciudadanos” que consuman según la línea estatal).

Este conjunto de herramientas tecnológicas y jurídicas facilita, de manera inédita, la consolidación de regímenes autoritarios que destruyen la paz social y el pluralismo económico.

Puntos críticos para el ciudadano normal

1.    Aislamiento financiero parcial o total

o   Exclusión de quienes no manejen herramientas digitales (mayores, personas sin acceso a internet) o reacios a la vigilancia estatal .

2.    Pérdida de autonomía

o   Toda compra, inversión o remesa queda sujeta a aprobación algorítmica o discrecional de las autoridades.

3.    Vulnerabilidad ante coacción política

o   El ciudadano puede ver bloqueados recursos sin proceso judicial previo, ante acusaciones de “desviación ideológica” o “activismo disidente”.

4.    Reducción de oportunidades

o   Comercio internacional dificultado y finanzas personales atomizadas por la fragmentación de sistemas de pago, encareciendo importaciones y viajes.

La clave está en diseñar un sistema híbrido y opcional, con efectivo, redes privadas y CBDC interoperables, sujeto a un marco legal transparente y supervisión independiente, para evitar que el progreso tecnológico se convierta en instrumento de tiranía.


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