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miércoles, 21 de mayo de 2025

El virrey de la ruina económica, Escrivá también imprime quiebras....si te interesa

 


“El virrey de la ruina económica, Escrivá también imprime quiebras”

Durante los últimos años, la confluencia de decisiones gubernamentales en materia de Seguridad Social y la dirección del Banco de España ha desencadenado tensiones profundas que erosionan la legitimidad y la viabilidad de ambas instituciones. El nombramiento de don José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España en septiembre de 2024, proveniente de la cartera de Inclusión y Transformación Digital, ha provocado una cascada de renuncias en los estratos superiores del regulador y ha comprometido su independencia técnica, dando paso a una situación de debilitamiento financiero alarmante.

Pérdida de autonomía institucional

La llegada de Escrivá al Banco de España ha coincidido con la dimisión de medio centenar de altos directivos en menos de un año: desde el director general de Economía hasta los responsables de Estabilidad Financiera y Recursos Humanos, así como numerosos subdirectores. Esta hemorragia de talento experto, documentada en los informes internos del organismo, ha sido calificada por analistas reputados como una “purga” que cuestiona la autonomía del supervisor frente al poder político.

Más grave aún resulta el cambio de orientación en el Informe Anual 2024 del Banco de España, donde se mitiga de forma notoria el tono crítico respecto a la insostenibilidad del sistema público de pensiones y se omiten recomendaciones clave para restablecer el equilibrio contributivo. Esta autocensura, denunciada por observadores del sector, menoscaba la credibilidad del regulador y eleva la prima de riesgo percibida por los inversores, al sugerir que los estudios del BdE funcionan más como un instrumento político que como un diagnóstico técnico independiente.

Deterioro de la solvencia patrimonial

Simultáneamente, la salud financiera del Banco de España ha experimentado un derrumbe sin precedentes. Entre 2019 y 2024, su patrimonio neto se ha desmoronado un 98,6 %, quedando reducido a tan solo 1.023 millones de euros frente a un balance total de 865.025 millones. Esta quiebra patrimonial obedece a minusvalías extraordinarias en la cartera de política monetaria, derivadas de sucesivas subidas de los tipos de interés: pérdidas de más de 112.000 millones en 2021 y 2022, amortiguadas posteriormente a costa de márgenes de interés negativos (18.329 millones entre 2023 y 2024) y provisiones generales de riesgos.

Este episodio evoca la insolvencia del Silicon Valley Bank en 2023 y demuestra que, de habérsele exigido al BdE los estándares de un banco comercial, su condición de impago habría precipitado un proceso de liquidación o rescate inmediato. No obstante, la prerrogativa exclusiva del Banco de emitir moneda y acceder a liquidez ilimitada ha enmascarado provisionalmente la dimensión de la catástrofe, trasladando sus costes al Tesoro y a las entidades depositarias, que han asumido 73.292 millones en costes financieros y remuneraciones de depósitos al 2,5–4 % desde mediados de 2022.

Reformas previsionales y fractura social

Con anterioridad a su incorporación al Banco de España, Escrivá promovió en 2023 una reforma de pensiones que extendió a treinta años el periodo de cálculo y elevó las cotizaciones mediante el Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Lejos de atacar las causas estructurales del desequilibrio, la medida se limitó a parchear el déficit coyuntural, provocando el rechazo unánime de sindicatos y organizaciones empresariales, y acentuando la discriminación de género. Sin embargo, el agujero acumulado sigue estimado en 2,49 billones de euros, según Fedea, lo que revela la insuficiencia del planteamiento.

Aunque la llamada “hucha de las pensiones” alcanzó los 7.000 millones en 2024, el incremento acelerado del pasivo -que ha pasado de 55.000 a 116.000 millones de deuda en apenas cuatro años- evidencia que los ingresos adicionales no han mitigado el déficit estructural, socavando la confianza ciudadana y poniendo en entredicho la sostenibilidad futura del sistema.

Amenazas del euro digital en un marco centralizado

En este contexto de fragilidad institucional y patrimonial, la introducción del euro digital adquiere connotaciones inquietantes. Pese a las garantías de privacidad esgrimidas por el BCE, la concentración de datos y la programabilidad inherente a la nueva moneda permitirán validaciones condicionadas y rastreos exhaustivos de transacciones, erigiendo un instrumento de control fiscal y social sin precedentes. En un escenario político donde la regeneración democrática es una asignatura pendiente y la tolerancia a la corrupción persiste, el euro digital podría erigirse en una palanca de vigilancia permanente y coacción financiera, trasvasando la soberanía monetaria a un ámbito de fiscalización estatal extrema.

La realidad

El legado de José Luis Escrivá en la Seguridad Social y en la dirección del Banco de España ha hipotecado ambas instituciones con decisiones de corte político que han erosionado su independencia y su solidez financiera. La creciente deuda y déficit estructural de las pensiones, junto al derrumbe patrimonial del BdE, han menoscabado la confianza de los mercados y de la ciudadanía. En este escenario, el euro digital no se presenta como una mera innovación tecnológica, sino como una palanca adicional de control que demanda un debate público amplio y transparente sobre los límites del poder político en la economía y las salvaguardas imprescindibles para preservar derechos y garantizar la estabilidad democrática.

 


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