Amor
de mujer como meta
Por
qué una persona intelectual acaba fácilmente en manos de un artista del flirteo?
Parecería
que las mujeres son inteligentes, dignas, capaces de interesarse y de saber fabricar
relaciones, así también hay que considerar como saben construirse a sí
mismas. ¿Sin embargo interesante es conocer lo que causó su
elección?
Sin
entrar en los aspectos psicológicos de la víctima y el seductor, podemos mirar la
situación desde el punto de vista de un intelectual.
Una
mujer de mente aguda y acostumbrada a confiar en ella misma, tiene como base poseer
un sentido subjetivo de la vida y del ser mismo, por regla general, es como saber
leer a un hombre. Dado que el macho llámenlo normativo es comprensible
para ella, y a menudo, incluso le puede resulta aburrido. Sólo un par de
frases y unas palabras entre líneas, le bastan para leer al interlocutor y ver
claramente quién es.
La
persona intelectual está acostumbrada a evaluar el mundo con su barómetro
finamente ajustado, donde la mente es su sistema operativo.
Puede
estar dotada de una buena intuición, pero nunca la usa contrariamente a sus
propias conclusiones, solo como una adición a ellas. No puede darse el
lujo de depender de sensaciones y conjeturas, no está acostumbrada a actuar de
manera intuitiva, todo en su cabeza tiene una explicación y una relación de
causa y efecto.
Cuando
un artista del flirteo aparece frente a ella, su mente no es capaz de evaluar
este sujeto, ya que las muchas señales que emite son realmente una tontería
para ella.
Sin
embargo, es aquí donde tenemos que recordar que una intelectual es una
excelente estudiante que lleva este papel con ella hasta la edad adulta. Porque
está dotada de claros principios morales según los cuales juzga a los demás, es
decir, ella misma.
El
que flirtea es un hombre que no conoce tales categorías, por lo que su lenguaje
puede resultar extraño e ilegible para ella. Normalmente él le envía
mensajes que ella simplemente no es capaz de descifrar, y su sistema operativo
se cuelga, porque no hay lógica ni moralidad en ellos, y la intuición, que por
costumbre, se vuelve hacia ella solo será una herramienta auxiliar de
comprensión, no puede de ninguna manera ser útil en la situación actual.
Digamos
que es cuando aparece una disonancia cognitiva entre sus sentimientos y es aquí,
donde surge la situación más peligrosa, cuando sin poder actuar en el marco de
su protocolo habitual, una mujer decide que se encuentra ante algo diferente,
diferente a todo lo que ha conocido hasta el momento.
Surge
una intriga, un acertijo, que decide resolver a toda costa. Después de
todo, ella no estaba acostumbrada a rendirse y retirarse. Y es en ese momento
cuando ella está enganchada.
Aquí
es donde comienzan las reacciones físicas del cuerpo, las cuales están condicionadas
por el conocimiento y la memoria genética de la parte reticular o gris del
cerebro, que instantáneamente reacciona al peligro con la más fuerte descarga
de adrenalina, fenómeno que una mujer que creció a partir de imágenes de la
literatura clásica confundió con el amor verdadero que aparece de repente por
accidente.
Ahora
ella se empantanó, y aquí comienza lo interesante, donde el acertijo ni
siquiera piensa en resolverlo, ya que su lenguaje no es adaptativo, mientras el
aparato intelectual no funciona, la intuición sigue relegada a un segundo plano
y la mujer, des energizada, privada de la capacidad de pensar con el aparato
analítico apagado, que para como la muerte, y comienza a vivir en un sueño de
ilusiones, en el sueño de otra persona, que es hábilmente cultivado por ese
artista del flirteo.
Si
nos preguntamos cuál es la razón porque las intelectuales colapsan
instantáneamente en relaciones tan manipuladoras, diríamos una razón y es que
la inteligencia emocional se encuentra insuficientemente desarrollada, y la
comparte con información sobre los propios sentimientos y emociones, y así sin
darse cuenta oculta los motivos del oponente.
Cuando
el coeficiente intelectual de la función vital principal se atasca, el aparato
intelectual con el que está acostumbrada a operar se desactiva, y es donde el
sistema nervioso comienza a fallar. Se comporta de una manera inusual, de
hecho, está confundida y sigue un camino que nunca antes había conocido.
Incapaz
de explicarse a sí misma lo que está sucediendo, comienza a perder apoyo y se
da cuenta de que algo anda mal con ella.
En
ese momento está devaluado, y una mujer inteligente y fuerte está desconectada
de la fuente de su propia fuerza, está derrotada, ya no puede ser ella misma,
porque sin una inteligencia ética desarrollada, en realidad no se conoce a sí
misma y no se siente fuera del marco de la funcionalidad del cerebro racional.
Voila,
llego a la etapa final, donde el intelecto está aplastado y roto.
¡La
meta está alcanzada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario