Educación
de masas.
La Ley Celaa es hablar
sobre las bendiciones de la iluminación republicana servidas y todavía por servir
solo como un hermoso envoltorio para el verdadero producto que la escuela de
masas nos vende.
¿No te has dado cuenta
de esto todavía? Los colegios están muriendo, los han abandonado
programáticamente como lo hicieron durante la pandemia con los mayores en las
residencias. Ya no existe más verdad que esa, quieren aniquilar las
instituciones, que no promulgan con sus intereses, aunque estas sean una parte muy
importante y necesaria de nuestra vida.
Algunos pueden pensar
que no es así, que se pueden justificar, porque formalmente todavía se resisten
a funcionar. Pero multitud de profesores puede que ya dejen de trabajar en
un futuro muy próximo.
Y así mismo decenas de
miles de estudiantes con sus carteras, mochilas y ese bocadillo de ayuda, puede
que no vuelvan a esas aulas. Tan solo tendrán que seguir la inercia de las
decisiones que toman este desgobierno de ignorantes y resentidos títeres.
Porque para los que
avocan el social-comunismo del siglo XIX, ya no hay necesidad de una
institución llamada "colegio". Las personas de buena fe, no los deben
volver a disculpar y olvídenlo no defienden ninguna esencia de libertad, ni de
pluralidad. Interferir económicamente, en la inocencia de la educación infantil
es el peor de los delitos jurídicos y morales. Incluso sancionado por ese
catecismo hipócrita de la ONU.
Hoy la escuela de
masas que nos ofrece la Ley Celaa tiene una sola ventaja es
“gratuita”. Porque cualquier otra forma de educación conlleva graves
costes. Y no solo financieros. También es gratuito, en el sentido de
que elimina cualquier responsabilidad. Habiendo enviado a un niño a la
escuela pública, el padre prototipo puede no pensar en el resultado, porque deja
que los profesionales piensen, ya que les pagan por ello.
Aunque anteriormente
se expresa que la escuela pública masiva es gratuita. Es cierto es gratis,
por supuesto, pero condicional, porque en los últimos años los padres tendrán
que pagar de su propio bolsillo cada vez más servicios adicionales que se
prestan fuera de las funciones principales de la escuelas públicas, si deseen
que sus hijos prosperen.
Así que si planea
enseñar a sus hijos, no cuente con los tradicionales educadores de los colegios. Porque
ahora el gobierno efectúa un acto de rapiña insolidaria y sin ayudas solo quedara
un pequeño recuerdo del extracto de esa insalvable labor y de la invisibilidad educativa
que se efectuaba en los colegios concertados, e incluso esta misma labor se evaporará
como humo en un par de años, en sintonía y al igual que empiezan a extirpar las
cruces frente a las iglesias.
¿No me
crees? Analicemos el apelativo en sí mismo de la nueva normalidad, y
piensa por que ahora debemos enviar a los niños a esas escuelas universales que
por su nueva e insolidaria ley nos ofrecen ¿Para aprender? Puedes
descartarlo, ahora hay miles de formas de autoeducación, desde cursos masivos que
ya son moda a distancia, o bien terminando con tutores que los prepararán cien
millones de veces mejor, más rápido y más eficientemente que una escuela de
patio.
¿Qué pueden perder socialización y comunicación con
compañeros?
Gracias, pero un
campamento de verano normal hará más por la socialización de un niño, que once
años en el ajetreo sin rumbo en los pasillos de la escuela pública.
No, en serio, explíquense
por qué se necesita la escuela pública hoy, por su gratuidad si el programa de
la Ley Celaa que aplican no los va evaluar. ¿Qué puede dar ella que los
padres no puedan dar al transferir a un niño a la educación familiar? ¿O bien para unos estudios a tiempo parcial, externos o a
distancia? Sí, en general, nada.
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