Lenguaje
fosilizado habilitante
No
solo el concepto mismo de las profesiones se ha vuelto obsoleto, sino también muchos
de los términos y las palabras que usamos para referirnos a las actividades de
nuestra vida.
Ya
no es original afirmar que algunos grados y titulaciones resultan ser un
anacronismo inútil. Como argumentos, se puede recordar la relación entre
el contenido del título y el contenido de nuestro trabajo, y muchas veces recordamos
esa visión concerniente a la sociedad e incluso a las empresas, y también vemos
como algunos conocidos llegan a trabajar
codo con codo en pie de igualdad con titulaciones completamente diferentes, o
sin ellas.
Con
esto, no podemos referirnos a la inutilidad de la educación superior o más
correctamente, a la educación en la educación universitaria, me refiero a la
falta de sentido de un documento sobre
la finalización de una de las etapas de esta formación. Porque tal vez con
toda seguridad, en la práctica estemos hablando sobre algunas titulaciones
habilitantes, que se han basado en el espejismo y la influencia, pero que en
realidad mantienen un carácter educativo obsoleto.
Aún
no hemos abandonado los documentos en papel sobre lo que se concierne a la educación
en favor de la actual instrumentación digital, aunque prácticamente casi todo
está más que iniciado para ello; Ahora solo quedaría la buena voluntad de los
que no se arrepienten nunca de nada, pero seguro que ya nos acusarían
nuevamente de estar hablando de su sinsentido.
Y
tal vez lo correcto, podría ser observar el recorrido desde ese misticismo reinante
de alguna filosofía política en la presente realidad, dado ¿por qué deben
existir esfuerzos innecesarios si la calificación educativa dejara de ser una
calificación y está lista para desaparecer por completo como entidad?...
Algunos
han llegado a declarar desde esa óptica de la ostentación social sin tener una completa
experiencia, que el mundo del consumismo desenfrenado había terminado y que lo
que se inicio comercialmente llamándose Internet no es una tecnología, sino que
es una producción cultural.
Son
declaraciones, que reinan en el desconocimiento y también algo absurdas, dado
que uno de los problemas de nuestro nuevo consumismo tecnológico, son las
características técnicas, que vienen en dosis y que nos las van ofreciendo a
cuenta gotas, para ir asumiendo más memoria, mas velocidad, más alquileres de
aplicaciones, es decir la nueva normalidad del consumismo no es que se haya
terminado simplemente se ha híper-disparado, aumentado a unos niveles estratosféricos.
Bien
si pretendes una producción cultural y promocionar tu arte, o si estas naciendo
realizando estudios y empleas metodologías técnicas, lo habitual es cambiar la
computadora, alquilar el uso de calculadoras de esta generación del siglo XXI y
sonreír a la cripta para lograr aumentar las características cada año, porque tu
hardware siempre se “fosiliza” o se queda obsoleto.
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