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viernes, 22 de enero de 2021

Nómada Humanismo Digital....Bello Adagio


Nómada Humanismo Digital

El hombre es un virus para sí mismo.

Está claro que la epidemia tiene un carácter temporal, pero, por otro lado, ahora desconcierta a los que estudian el urbanismo, ya que la epidermis de la ciudad como predicado de su ocupación está desapareciendo. 

Ahora contemplamos gran cantidad de la actividad del trabajo, via online, la restauración, el comercio, la educación, el fitness, la cultura, el ocio y hasta la propia socialización se encuentran en la red.  Donde conocíamos como actividades propias de la ciudad, tales como el trabajo, educación, ocio, ahora permanecen en la zona más abajo en la lista de prioridades; si todo esto se sigue cerrando, la vida pierde ese carácter que tenía de calidad urbana.

Al mismo tiempo, entiéndase que no  fue la epidemia COVID-19 quien creó la ciudad en red, y vale la pena reconocer la actual sostenibilidad, ya que si no hubiera existido ciudad en red antes de la epidemia, no hubiéramos podido mantener el nivel de civilización actual. 

Es obvio que a partir de ahora todas las funciones de la ciudad continuarán su emigración de datos a la red incluso cuando finalice. ¿Por qué entonces la ciudad?

Existe un punto de vista generalizado entre los urbanistas de que una ciudad real tiene una ventaja competitiva en términos de concentración de actividad humana, talento y competencia. 

Sin embargo, siempre se ha creído que responde a una tesis nacida de la organización del trabajo en la época industrial, cuando los principales métodos de procesamiento de material humano eran la emisión y la filtración, donde absorbían a todos, y tamizaban a la mayoría de las personas. 

En esa creencia urbanita, solo ha sido importante el número de personas reunidas, la idea no tiene en cuenta la calidad de las conexiones entre las personas, pero si en la economía financiera del intercambio, esta es una circunstancia importante. 

La comunicación real con personas cercanas siempre es más intensa que la comunicación en red, pero ahora sabemos por el comportamiento de la sociología que es cuantitativamente más limitada; para la mayoría, es un círculo de no más de siete personas.

El resto son contactos superficiales, siendo esta la clave actual justificante del comportamiento de las actuales generaciones en la red con una inusual multitud de desconocidos contactos. 

Es una generación que en realidad confunde una supuesta mejoría, en la  productividad de contactos con el poder de los lazos débiles, teoría que siempre existió, antes de la creación de Internet, donde se demostraba que cuando se quería producir talento no existía razón para creer que eran menos efectivos en línea, que en esa inabarcable realidad de multitud de contactos.

Ahora es cuando empiezan a descubrir la base del concepto del nuevo nomadismo, donde se refugian insignificantes personas creativas que migran por el planeta de proyecto en proyecto, sin estar atados a una ciudad concreta.

Ahora es más fácil para las personas de ideas afines poder interactuar entre sí en esa realidad, con otras personas a través de la red.

Hasta la fecha, se pensaba que lo único que no entraba en la red era la naturaleza, pero estas circunstancias también empezaban a ser algo importante para la humanidad ecológicamente influenciada y preocupada, ahora se está contemplando con la Ciencia y sabiduría de las Geotecnologías y el arte los sistemas satelitales en sensores remotos.

Ahora parece que los principios básicos del hábitat permanecen sin cambios, compacidad y variedad de diseño, variedad de casas, distancia a pie de todos los objetos y la sensación de buena vecindad que genera esta compacidad.

No merece la pena preguntarnos individualmente, si esto continuará cuando termine la epidemia. Aunque ahora observamos que la ciudad visible desaparece, si bien es cierto pero permanece en la cabeza de la gente común. 

Pero los habitantes del extrarradio de las ciudades ya no son hombres que trabajen en el sector primario, son habitantes de esas entidades menores y llevan marcada la imagen televisiva de la ciudad en la cabeza y es algo que no encaja en ninguno de los términos tradicionales de arquitectos e historiadores, y es que para muchos de ellos y cada vez más existe una alternativa real a la ciudad, probada en cualquier época, -Una casa de campo, legado de generaciones pasadas- que se convertirá en la residencia principal y el único lugar permanente para la gente del nuevo humanismo digital.




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