El silencio fugado
Todas las personas, que
consideramos especiales, su aroma les procura, que huelan a sencillez, y entre
sus encantos, reflejaran un irresistible, y atractivo brillo, en el centro de su
alma.
Y estas, son razones mágicas,
que no provienen de lo que eres, sino de lo que trasmites; dado que las
personas, que no han pasado, a través del infierno, de sus pasiones, estas, no
las ha superado nunca. Y la realidad de la sabiduría, consiste en ser lo que
superas.
También, el silencio es
infinito, como el movimiento, no tiene límites. Y también, creo que existen
aromas, sonidos, colores, formas y hasta manera, de soplar el viento, bramar el
mar y de besar suavemente, el ramaje del arbolado, que resultan diferentes y
peculiares para cada área, y que nosotros distinguimos, de cualquier fenómeno
natural análogo, dado que, somos capaces de observar y sentir intensamente; Ahí,
es donde únicamente, los límites los ponemos con la palabra.
Pero, con un sentido de
ansias tan infinitas, también amamos, con alientos tan sublimes, resoluciones
tan profundas y sentimientos tan poderosos, que resultan ser, los secretos
resortes del alma, manteniendo los aspectos, tan gratísimos de la vida, que son
capaces, de deleitar nuestro corazón.
Así todo, en la vida,
existe una cadena de accidentes, en el que al más favorable, sucede el más adverso,
y a veces, parece condenarnos a caminar, por una serie interminable de opuestas
transiciones, e inmediatamente con el suspiro, buscando lo que enciende nuestra
alma, con ese pequeño soplo del alma, que se ha fugado, por la comisura de
nuestros labios, dejara un inmenso espacio en el corazón, para que este sea
ocupado por ese ser, al que tanto extrañamos.
Hasta que hagas consciente el inconsciente,
este dirigirá tu vida y tu lo llamaras destino
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