Prudencia desigual
En la soltura del trato,
o en las acciones, puede observarse el talento, y el claro entendimiento, por
ser estas circunstancias, el alma de la voluntad y el agrado de alguien; aquí
es, donde la vida se calificará de perfección, por el buen aire de las acciones,
gracia de las palabras, y hechizo de todo buen gusto, deleitando a la
inteligencia y encontrando cualquier explicación.
Así que, inútil ,o casi
nada puede resultar, conquistar el entendimiento, sino se gana primero la
voluntad, y mucho será, a justificar con la admiración, donde fácil, es de
ganar el afecto, y aunque no sobornemos el concepto, porque la estimación, siempre
concierta la afición, dado que después, de la opinión, la cortesía y la
generosidad resultaran las delicias del poderoso hechizo, para encontrar el
amor.
Aunque definiremos, que
con el don de la palabra, deberíamos venerar, la seriedad de la prudencia, y la
conciliación de toda gravedad, porque siempre
hablar con atención, causará enfado; siempre bromear, desprecio; también siempre
filosofear, entristece, y siempre satirizar, desalienta.
En otras
circunstancias, siempre deberemos hacer distinción, de los tiempos, así mucho
más en las personas, porque no hay mayor desaire, que un continuo donaire.
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