Imperfecta felicidad
Cuando entendemos, que lo
simple es vivir, y lo difícil es comprender, nos acercamos, a ese concierto de
armonía, entre las sensaciones, los pensamientos y los sentimientos, donde el
placer y el dolor del amor, se nos presenta como puramente sensual, sin la
necesidad de llegar a ser propiamente un acto intelectual, porque no posee
complejidad de resonancias, caracterizándose en exclusividad, de ser, bien un
malestar o un goce estético.
Y es donde, la obra
maestra del amor, no es más que la expresión, de la naturaleza, en el lenguaje
más sensible, de la más elevada idea de contemplación, incertidumbre y compromiso.
Donde, cuanta más alta,
es la idea de amar, y cuanto más interesa al pensamiento, más debe, uno
esforzarse en interesar, y despertar todos los sentidos, porque si lo bello, es
ese feliz encuentro, penetrando en el sentimiento, con las sensaciones, serán
lo agradable, lo útil y lo bueno.
Porque en la vida, nos
daremos cuenta, que existe un rol, para cada persona que conocemos. Algunos, se
trasformaran en una prueba, otros te usarán y manipularan, unos te van a querer
y otros te enseñaran.
Pero hemos de tener,
una estima especial, a aquellos que te ayudan a sacar lo mejor de ti mismo, y
que nos aman a pesar de los defectos, y esas almas que no son comunes, siendo
el universo, el que te las pone en tu camino, para recordarte, que tu existir
importa.
A pesar de esto, algunas
personas, nunca aprenden nada, porque creen que lo saben todo, y asusta pensar,
que no puedan despertar, para poder comunicar todos los nobles pensamientos,
que puedan definir su divina forma y vida de alma renovada, donde la juventud
inmortal del entusiasmo, pueda llegar al colmo de sus aspiraciones. Porque en
realidad no nacemos para ser perfectos, nacemos para ser felices.
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