El Lujo de entretener….
peperit divitiam
El Gobierno nunca debió
invocar como situación de mérito, la necesidad propia de un inexistente trabajo,
dado que aún estaba por efectuar, cuando la precipitación con que se anunció,
tal como ha querido ocurrir en los denominados y desconocidos “Segundos”-Pactos
de La Moncloa.
Ahora, sabemos que, en la
no realización, suele estribar la culpa de esta imprevisión e imperfección, en
ese tutor, ya que parece ser, sin ningún tipo de claridad, no se tomo el tiempo,
o los datos suficientes, para lograr establecer y elaborar, con cierta
precisión el correspondiente guión que resultare preciso.
Y en este drama, se ha intentado
efectuar, un simulacro de emergencia, donde tal vez no fuere necesario, mientras
se sigan agitando como una galerna de despropósitos, y sin aprecio alguno,
todas las aguas constitucionales hasta la fecha existentes, donde con una configuración
obscura, se promueven y aplauden marcos republicanos, consienten y quieren
diluir injurias ante las instituciones, anteponen y publicitan ideologías gobernantes,
en un continuo marketing de contenido social, con el dinero institucional y
público, cercenan las fuerzas de orden público y apoyan empresas afines, para
que censuren el pensamiento y la oposición contraria a su modelo, denominado de
progreso social-comunista.
Así que efectuaron, con
tan poco aprecio, el llamamiento a filas, que ni tan siquiera con el título del
pacto anunciaban, en qué consistían los desordenes, a restablecer.
Todos los grupos
políticos de la oposición, y cerrada la actividad parlamentaria, como
consecuencia de la pandemia; han tenido obligatoriamente que estar venerando,
toda la serie de mentiras y embustes, que se han ido efectuando desde la
composición del gobierno de coalición, hasta la fecha, en contra de la ciudadanía,
y ahora silenciosamente, irán descubriendo que las denominadas reconstrucciones,
aún con mucho esfuerzo, no suprimirán el juego interactivo en el
entretenimiento, de Los Engaños de la Moncloa.
Non argentum
sed imagination
peperit divitiam.
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