REFERENCIA APICE

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domingo, 12 de abril de 2020

Otro secreto letal......Killing me softly



Otro secreto letal

Recordar los elogios, que proferían las fuentes gubernamentales aludiendo, que el país tenía la mejor sanidad del mundo, ha alimentado siempre la línea de estimulación, y confianza correcta, que cada ciudadano poseía y mantiene, en el sistema sanitario.

Sin embargo, paralelamente, y como experimento, hemos observado, como puede resultar posible, conseguir una actitud gubernamental negativa, anacrónica y dictatorial, para llegar a lograr descontrolar, todo un proceso, no manteniendo criterios ecuánimes, y haciendo perder el total control, de una situación social, ante una enfermedad, que se convierte irreversiblemente en la anunciada pandemia.

Los integrantes del propio sistema sanitario, se ha visto y se ven avocados, a mantener la cordura diaria, ante el continuo peligro de contagio, con personas de experiencia y formación poco profesionales, en las que se ha venido observando una nefasta gestión en su cometido, resultando inapropiada e inadecuada, para resultar estas personas, antes e inciertamente después, representantes del bien común de los humanos.

Es lógico creer que el sistema sanitario está exhausto, presionado, con miedo, con un cansancio acumulado insospechado de tanta tensión, olvidado de cualquier tipo de estimulación ajena, donde de forma miserable el ejecutivo los sigue ignorando, tanto o más como al principio, mirando a otro lado insensiblemente.

Estas circunstancias, se circunscriben y propiciarían un pacto con el sistema sanitario, en un régimen y un orden social adecuado, dado que todavía no se han atrevido hablar, creo que por desconocimiento, desinterés y falta de responsabilidad, de las secuelas tanto sanitarias y sociales que procuraran la enfermedad.

Distraer efectuando, un fake-pacto de remoncloa, o reconstrucción, donde se logre justificar la irresponsabilidad política sobrevenida, es tan ridículo, como querer jugar al tenis con un balón de futbol. Y sin darse cuenta, siguen sin asimilar que el sistema de seguridad jurídica y política, no mejorará por la limosna de unas mascarillas. 

A tener en cuenta, en primer lugar, se han antepuestos justificaciones y criterios filosóficos, frente a sanitarios, donde la picaresca española surgida como consecuencia, de la carencia de material de protección individual y seguridad, necesario fundamentalmente, en las fuerzas del orden, como en el personal sanitario, justificaciones que han obstaculizado la adopción particular, de sistemas de protección, por los mismos interesados, bien por carencia, fallo en el eslabón de suministro, y bien por el miedo a una prematura valoración social de alarmismo.

Circunstancias que han dando lugar, a que las medidas personales, que pudieran adoptar particularmente fueran sancionables, tal vez, para no contribuir, bajo el prejuicio del alarmismo social, o bien dado que esos materiales de protección carecieran de homologación. 

Aún así, reconoceremos la bondad de la picaresca anónima, porque ante todo, hay que sobrevivir, y porque muchas personas demandan protección y no quieren infectarse, y esa realidad está procurando fabricar sin homologar, es decir sin ese control, dado que te pueden arrebatar y confiscar el material, es decir tu salvoconducto de vida.

Porque has de saber, que si te infectas, tan sólo figuraras temporal y transitoriamente en la lista total de contagiados, hasta que, o bien te recuperes, o bien fallezcas, matándote suavemente y contribuyendo al olvido, en la invisibilidad del problema. 

Y tan sólo podrás mostrar, una mueca de tu sonrisa, observando al ejecutivo decir, que esta guerra la ganamos entre todos, y es verdad, a pesar de estar ellos.

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