REFERENCIA APICE

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lunes, 16 de marzo de 2020

La razón como solución....OceanDiva


La razón como solución

El hombre de nuestro siglo XXI, vive la inquietud y en la agitación; rodeado de un conjunto de medios, de información, y de un insustituible adelanto, y en este panorama, se observa la carencia, de verdaderos guías en lo más esencial, y nos referimos, en el orden de los afectos, de las pasiones, y de las ideas capitales, que deben ser norma de nuestra conducta.

Porque sostener, una recta dirección de nuestra vida, y de nuestras acciones, consistirá aquí, en la gran necesidad de nuestros tiempos, y esta necesidad, es la que supera a todas. Las personas que logren satisfacerlas, quien consiga difundir, los valores de la convivencia, entre la ciudadanía, la paz del bien en los corazones, ése será el único candidato querido y respetado.

La valentía advierte, que el error, se ha de combatir con la verdad, y las conclusiones precipitadas o ilegitimas, que la política suele emplear ante la sociedad, precisaran siempre, la rectificación formal y cuidadosa de sus premisas, y deberá sostener como únicos antecedentes todos aquellos que se resalten, como de verdadera equiparación igualitaria, entre humanos.

Resulta de todo cierto, y corresponde a mi sinceridad afirmarlo, que, respetando siempre y acatando, cuanto es esencial, en los protocolos de la educación, se aceptan como verdaderos muchos principios, que aun hoy, pudieran ser consideran como difíciles de conciliar, con las diferentes capas o estratos sociales. Sin embargo, creo firmemente que los valores tradicionales y educativos, no pueden sufrir detrimento, por la afirmación de modas, o verdades relativamente comprobadas, de cualquier orden que sean, y que la precipitación en fijar los límites, de verdades naturales, puede traer graves inconvenientes. 

Así mismo, resultaría pueril, negar los adelantos realizados a merced de la observación, y experimentación en todas las ciencias, incluso las del hombre y la naturaleza. Donde el principio de la evolución, estima el progreso y el regreso, de cuanto en una u otra forma, para nuestros sentidos empieza a ser apreciable, tal como se vive o se actúa, donde observamos, las sucesivas trasformaciones del planeta que habitamos, figurando escritas en las distintas capas de su superficie, o bien en las condiciones, que determinan nuestra actividad intelectual y moral. Y que si bien, están limitando, la esfera de nuestro albedrio, donde todo ello ,debe ser objeto de grave consideración, y detenido examen.

Son tiempos, en que no resulta suficiente, en cerrar los ojos, o hacer chistes de dudoso gusto, para contrarrestar, lo que de legítimo contiene los resultados de la labor científica.

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