Exonerar al amor..... Como Haces

Exonerar el Amor.

¿Es propio buscar el amor y lograremos encontrarlo en línea?

Casi todo el mundo, mantiene el estereotipo, de la existencia de la segunda mitad, y parece estar más vivo, en nuestro siglo de digitalización, y de esas aplicaciones para fechas o encuentros rápidos. Sin embargo, la verdadera pregunta, sería si el ámbito en línea, nos deja espacio para el amor verdadero, y si todos podemos recurrir a encontrarlo allí, realmente si bien es cierto, todas estas plataformas de citas, están cambiando nuestra compresión, de las relaciones de parejas.

Muchas circunstancias, indican un claro sentido, de las razones resueltas, es decir, digamos que las lógicas aspiraciones de las personas, donde, siempre quieren, vivir más fácil, y más feliz, de lo que la realidad les permite. Y es en esas circunstancias, es donde desean hacerte querer abrazar, y abrazar todo lo genial, que muestran los libros, y las películas románticas, aunque en la vida real, este tipo de comunicación, de enamoramiento, puede no ser tan romántico.

Aunque si bien es cierto, la confluencia de circunstancias, siempre se suscitan diferentes, y múltiples, si los sentimientos de esas personas, están bloqueados ,y no pueden salir de sus propias distorsiones cognitivas, la reflexión regular sobre los mismos, podrían ayudarlos.

Aunque también, hemos de analizar conjuntamente, si cuando algunos, entran en los primeros ciclos de la primera etapa del enamoramiento,  les debiera de suscitar, una relación más tranquila y de confianza; Dado que sin embargo, existe una creciente, y desarrollada erotomanía en las redes, donde esa propia, y primera pasión romántica, es la que destruye gradualmente, tanto su vida, como la vida de su persona elegida. 

Para describir lo anterior, existe una parábola oriental, que se describe en muchos catecismos modernos del amor romántico, incluso Roland Barthes, la describe en un libro, denominado “Fragmentos del discurso amoroso “, y expresa el argumento, donde un mandarín, se enamora de una cortesana. “Seré tuyo”, dijo, “Si tu, esperándome, pasas cien noches, en un taburete, en el jardín debajo de mi ventana”. Pero en la noche noventa y nueve, el mandarín se levantó, tomo su taburete bajo el brazo, y se fue.

Pues bien, la sinopsis, es que el amor se volvió patológico, en el momento en que simultáneamente, quería tomar posesión de la cortesana y preservar su imagen ideal en nuestras mentes. Luego de aquí, concluiremos, que si la imaginación, invade la realidad, tanto peor para la realidad, y cualquiera que haya experimentado los efectos del amor patológico, lo sabe bien.