Detente amor
Algunos pueden
considerar, que el primer deber, de todo enamorado es adaptarse: dando
trascendencia práctica y humana a su amor, aspirando siempre a pensar y
sentirlo sobrehumanamente; Donde debiera concebir y hacer, con todos los elementos,
que tenga a su alcance, cualquier manera y forma que la persona querida
precise.
Es tal vez, la forma
reflexiva del amor, la que impone los deberes de concepción y realización,
porque intentando evitar su trivialidad, que le atrofia, procurará efectuar una
estructura, necesariamente coordenada al sistema social existente.
Pero, teniendo en
cuenta algunos principios, de conservación de energía y la ley de división del amor,
existen y se producen adaptaciones, a la naturaleza, donde la energía potencial,
de las personas, llega a permanecer en sí misma y estas, asimilan en el organismo
social, en el que viven, los elementos que le resultan precisos y necesarios.
Algunos no desean
cumplir, tradiciones desheredadas, de esas almas decadentes monopolizadoras;
sino que prefieren buscar, una continua regeneración seria de su vida, con un
temperamento acorde, a un cerebro equilibrado, donde exista y continúe una
imaginación constructiva, fuertemente nutrida de ideas, con un corazón lleno de
afectos humanitarios, donde resida una voluntad tenaz y constante.
"Te voy hacer feliz, pero antes te voy hacer fuerte" - La vida.
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