Éxtasis de amistad
En la amistad vemos, en
efecto, la renuncia del amor prójimo, a favor de otra persona, cuyas cualidades
morales se admiran; y aunque nazca del amor al prójimo, no llega a estar
constituida, sino cuando se justifica, en aquella suerte de cualidades,
exageradas a veces por nuestra fantasía, que les dan en su apariencia, carácter
de hecho extraordinario; entonces pueden llegar a ser una pasión.
Pero, si tan sólo las
virtudes y las cualidades morales de la persona, resultan que son artificiales,
vulneraran en estas circunstancias, nuestra alma, despertando en nosotros, la
necesidad de afección, hacia lo que admiramos, en la provocación del amor, y es
su contra, entran como principales expresiones, la coquetería, la belleza, la
galantería, la juventud, donde para ese sentimiento, nada importan.
Entenderemos, que sólo
las circunstancias, de un amor platónico, se entienden, como el amor separado,
de todo deseo exótico, el que sin ser ideal, aprecia únicamente cualidades
morales, manifestándose positivamente la amistad, en su pureza, sin egoísmos,
en todo su éxtasis.
Observando la amistad,
predecimos que resulta compatible, con todos los deberes cívicos, sociales, y
con los demás nobles sentimientos del alma.
También contemplamos,
que la amistad puede convivir y existir con los primeros amores adolescentes o
adultos, si no están corrompidos, y si el alma no se ve influida, por los
sentidos.
Suele suceder, en determinadas circunstancias, que la amistad, no puede ser duradera, porque degenera en amor, donde
los sentimientos ocultaran los defectos y aparecerán con mayor encanto las
perfecciones, que siempre existirán, gracias al talento y otras virtudes
manifiestas; donde también la belleza triunfa, con los sentidos de la pureza
del corazón. Siempre indispensable, para sostener dentro de los justos límites
ese purísimo sentimiento.
"Ne derelinquas amicum anticum; novus enim non erit similis illi."
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