Juego de soberanía
política
Cuando coexisten
aficionados a las modas, incluso a las sociales y políticas, aunque sean poco científicas,
que no son las más escasas, incurren en guiños y en la propia comedia, cuando estos pretenden
ser publicistas, de la utilidad de la fijeza de los términos de las ciencias
políticas, y sobre todo, en la políticamente propiamente dicha, cuya confusión
in terminis, a tantas logomaquias que dan lugar a tantísimas disputas in verbis,
por eso no creo perdido el tiempo, ahora empleado, en fijar el sentido recto,
de algunas de las palabras, que nos obligan a afrontar.
“Vamos a tener un
Gobierno que asuma el diálogo como eje fundamental de la acción política que
afronte el problema de la plurinacional en España. Estamos trabajando en lograr
esos apoyos, creo que lo vamos a conseguir” (P. Iglesias);
En el anhelado progreso,
cosmopolita y humano, exento de fobias, habitualmente, entendemos como Pueblo, a un conjunto de personas,
unidas por el mismo origen, poseedoras de afinidades multiculturales y donde puede
existir, cierta similitud en las diferentes razas y que incluso comparten idéntica
historia.
Así mismo, denominamos Nación, a la masa de individuos,
constituidos en estado, sea o no homogénea dicha reunión. En la actualidad la Real
Academia Española significa que el adjetivo plurinacional es una palabra que se
define como de múltiples naciones. Un simple ejemplo sería un organismo, de la
Comunidad Económica Europea, cuya cualidad en la participación se definiría
como plurinacional. Y no olvidaremos, que quien constituye la Nación es el
territorio y la legislación.
Y siendo, el Estado, la nación organizada, en un
país determinado, o mejor, la organización de la nación en determinados
territorios, sea este territorio continuo o sea este discontinuo, tal es el caso de las
islas baleares o el archipiélago de canarias. Y recordando que, quien funda al
Estado, son la conveniencia y el Gobierno.
Y el organismo del Estado,
se llama Gobierno, donde el Estado
puede no ser Pueblo, pero ser necesariamente Nación, porque todo lo orgánico
tiene que partir siempre de lo inmediato, y puede ó no provenir próximamente de
lo mediato. Donde el Estado, debe ser el cuerpo de la Nación, la cual no puede
existir sin cuerpo, como cualquier otro ser.
La soberanía reside in habitu en la nación, in actu en el estado, y se
cumple y sanciona por el gobierno. Donde observamos que la soberanía de la
Nación afronta la noción fundamental y la soberanía del Estado tan solo es
limitada a las relaciones internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario