Caracalla & Wall of gammons
Los populismos renacen
y se intuyen procurados o urdidos , porque el conocimiento histórico nos
explica y nos recuerda, que solapar una continua lucha y la incertidumbre, procura
que estas, se establecerán en las conciencias y dominaran los corazones. Así
que casi nunca sabemos a qué atenernos, dado que caminaremos, por entre las
ruinas de las antiguas y devastadas instituciones y no nos sentiremos, con
valor suficiente para levantar, los planos de las nuevas.
Sabemos ,que las
soluciones favorables o desfavorables, de estos perpetuos problemas resolverían
otros muchos, en especial, los que atañen al Derecho Civil y Penal y a la Economía
política. Pero cuestiones, como la independencia de libertades religiosas,
consideración del alma humana, la libertad individual y programar la vida futura,
parecen no preocupar, la mayoría de las veces, en la mente del estadista o del
político en la actualidad populista.
Llegar a intentar, explicar
las emisiones del propio pensamiento, sin caer en la inmediata ansiedad, que
crece creyendo resuelto los problemas, no acogerá una mínima exposición o un
adecuado examen, con la frialdad que debiera el asunto, y convirtiéndose tales
ridiculeces, en la ingrata tarea, para todos los conscientes de perseguir el
rebelde, ansiado y reiterado error.
La antigua Roma,
siempre ha sido un pueblo jurídico por excelencia, es el que trae a la vida, o
a la historia, como la nación más completa del derecho que se conoce.
Fue fundado por unos
cuantos bandidos, se conocían como lo más vil y despreciable de cualquier clase,
denominados la hez de Lacio, pero necesitaron una gran dosis de legalidad.
Siendo Rómulo, quien
sanciono su existencia, constituyendola como nación independiente, y la doto de
una organización militar, con mucha gracia jurídica trato de hacer participes a
todos, aunque al principio el derecho se comporto receloso y hostil al
extranjero, frente al patrimonio que ostentaba tan solo la clase patricia dominante.
Lento pero seguro, se
fue abriendo una brecha en el derecho pretorio hasta conseguir un carácter cosmopolita,
cuando un tirano emperador llamado Caracalla guiado por su desmedida codicia, concedió
carta de ciudadanía a todos los súbditos del Imperio. Ese Derecho de gentes es
el hoy adoptado por los pueblos civilizados.
Las colonias han sido la nivelación de fortunas ,
siendo el lujo con un excesivo e inútil consumo,
los que mas contribuyen a las impensadas ruinas.
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