Nuestro salvavidas: Amor
Ni la experiencia, ni
la vida conducen necesariamente, a la extinción y supresión del amor, en el ser
humano; y se pone en evidencia, que cualquiera, que fueren los progresos y
derroteros de la vida, la razón de ser del amor, existirán siempre, porque la
experiencia lejos de responder a las necesidades que el amor satisface, las
hace mas imperiosas.
El amor logra enlazar,
al hombre con todo lo que existe, el pensamiento á la vida, la vida a los
medios que lo hacen posible, hará que no conozca más que un mundo, donde todo
se encadena, destruirá las distinciones radicales, anulará los privilegios, con
los que se lisonjeaba nuestro orgullo, y propondrá unirnos a la naturaleza
entera, cuyas leyes viven en nosotros.
Puede resultar extraño
referir esta banalidad; Pero existen dos sentidos posibles de entenderlo, uno
envidioso y nivelador que pone a la inteligencia en un medio de frialdad e
hierática solemnidad, así lo pueden concebir nuestros adversarios, y la otra
forma, será joven, activa, prendada de lo mejor, agitada, y con elementos que
circulan para organizarse, como tal es visto por entusiastas partidarios.
Lo real del amor es su
elemento, su verídica existencia, la forma será efímera, resultando que lo más
bello será lo más frágil, conociendo que cualquier combinación compleja será más
inestable. Donde el espíritu será el lujo del espacio, en el cual habita la
realidad del pensamiento.
En el espíritu, el amor, se une al prójimo,
buscándose a si mismo y en el se encuentra.
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