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viernes, 9 de noviembre de 2018

Visibilidad estética ...... Me Engana Que Eu Gosto

El carácter volátil de la racionalidad
La tecnología, como teoría financiera contemporánea, cree afianzarse en sus tres pilares, por un lado consigue una maximización de la esperanza de utilidad, de los actores que intervienen en los mercados financieros, también parece conseguir alcanzar la hipótesis de ausencia de arbitraje, e intenta mantener la eficacia de los mercados financieros.
Siendo estas las sencillas bases, que han facilitado desarrollar durante los últimos sesenta años de teoría y modelos económicos, sin embargo en la actualidad para poder conseguir definir el concepto de eficiencia informacional, deberían integrar a los procedimientos cuánticos o virtuales de la ciencia, el concepto filosófico de materia oscura y energía oscura.
Y estas lisonjas, como son la reciente aparición, en el escenario público, de zombis y avatares virtuales, que saben, en un determinado momento acomodarse, en la característica del siglo XXI, de la sociedad universalmente publicitaria y lograr expresarse, para llegar a su asiduo público, el cuál ignorará, su inexistencia corpórea e humana y su pura consistencia virtual.
Estas circunstancias, que admitiremos como metáfora y propias de materia oscura, son las que se pretenden saltar filosóficamente, con la suficiente reiteración y energía mesiánica u oscura.
Ya no precisaremos ampliar, la definición y el abanico de materiales inteligentes, este suceso y experimento, responde, a lo que se puede definir, como aquellos que muestran un efecto observable en una de sus facetas, (desde efectos termocromáticos, enrojeciendo sus pómulos), procurándose, en este caso la similitud de la inocencia y ternura humana, cuando es estimulada desde otra, la vanidad de la propia ética, sin racionalidad.
De niño, recuerdo haber escuchado, alguna anécdota espiritual, que en la actualidad denominamos de ciencia ficción, y relacionaban que en otras eras o medidas de tiempo, se había llegado a establecer, una dependencia muy grande sobre los supuestos avances que hacían parecer muy agradable y competitiva la vida, digamos que pudieran ser de escenarios, en su momento de tecnología o de sacrificio humano.
Lo curioso, es que estas mismas personas, que continuamente anecdotizaban, siempre terminaron definiendo y contradiciendo, lo que se interpretaba respecto al periodo efectivo de la edad media, escuchando en contra de lo que correctamente se establecía, que habían sido, una de las épocas más iluminadas y florecientes humanísticamente hablando, con una absoluta concordia  y paz espiritual.  
La caducidad de la virtualidad, no dependerá solamente de que cumpla el servicio de entretenimiento, sino de mantenerse viable sin asumir la posición filosófica.

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