Desinterés Tecnológico
El conocimiento, nunca
ha de morir, porque expresa todo el sentido y la interpretación de la esencia antropológica
de la naturaleza humana y se respeta, y pone en ella todos los elementos en
juego.
La sabiduría,
ejemplariza desarrollar el arte de la vida, propia y puramente humana, en la
que la propia tecnología de la ciencia, hasta el momento le resulta incapaz de
lograr descifrar, esta sabiduría, prevalece en la penetración instintiva del
cuerpo y del espíritu, con sensaciones y elementos, de instintos fundidos. En un
todo natural, es el hombre mismo.
La tecnología no ve más
en el mundo, más que elementos, cada vez son más generales, y cada vez más
simples, que combinados por las leyes necesarias, ya no precisan admirar las armonías
realizadas, más que en encuentros tan fortuitos como fatales.
Y desafortunadamente la
tecnología no puede poner término a todos los desacuerdos del hombre con el
universo, con sus semejantes y consigo mismo.
La agitación fecunda
del alma en el arte, está continuamente señalándonos, que en la naturaleza, el paraíso
terrenal supone la inutilidad de la tecnología.
Se deberá tener en cuenta,
que los progresos materiales, no tendrán valor más, que por el progreso social
que hagan posible. No podrá suprimir nunca la muerte y dejara el dolor, tan
solo gracias, que consiga hacer menos áspera la vida y permita el ocio y la paz.
La radical diferencia entre arte y tecnología, es la obsolescencia.
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